lunes, 6 de octubre de 2008

¡Sacadme de este autobús!

El otro día, leyendo las andanzas en autobús de mi buen amigo Ramón, pensé: “Vaya, a mí el autobús nunca me ha deparado una sorpresa desagradable”. ¿Por qué diría ‘nunca’? Ha sido uno de esos lunes en los que una no sabe por qué pero toooooodo el país ha debido ir a trabajar a tu hora y en tu mismo medio de transporte. Todos, incluso el abogado que se ha sentado a mi lado con ganas de… lo que sea.

Ha sido la hora más larga de mi vida. Una hora que comenzó por ese empeño de mi madre en “No seas antipática con quien quiera hablarte amablemente”. ¿Por qué no recordé el “no hables con desconocidos”?

Entonces llegó un “vaya, está lleno el autobús” al que siguió un ridículo “cuánta ropa llevamos por las mañanas y qué calor hace a medio día, eh?”. “Sí, sí”, contesté mirando rápidamente a la ventana para evitar prolongar tan profunda e instructiva conversación. No fue suficiente.

Luego vino un repentino… “¿Eres profesora?”. ¿Habéis oído eso? Entre las 98.654.443 preguntas que uno puede hacer para entablar conversación… ¿Quién inventó esa? Seguí en mi línea de amabilidad forzada (Tenía el día generoso). “No. ¿Es que parezco profesora?”.

Ay, Murphy… ¿Es que no sabes las normas básicas de la comunicación? ¡Contestar con otra pregunta es un error que ya difícilmente podrás arreglar! Ese olvido me costó 50 minutos de análisis de la economía, de presunción de los casos importantes que lleva un abogado como él, de debate sobre la objetividad periodística… Eso sí, siempre salpicado por las típicas preguntas-trampa en las que el susodicho intenta averiguar tu estado civil y tus movimientos habituales. ¿Es que nadie ha aprendido nada de esas estúpidas preguntas? Os reproduzco fielmente algunas de ellas. ¡Fielmente!:

- "¿Te has olvidado el móvil? Qué faena, sobre todo si te llama tu novio” (pffff… ¿Quieres averiguar mi estado civil cuando hasta el momento sólo has hilvanado cuatro frases absurdas? )

- “La verdad es que los periodistas trabajan mucho… Bueno, como nosotros los abogados… Por eso mi novia me mandó a la mierda” (¿Y no sería porque eres un pesado??? Vale, ya sé que no tienes novia, pero… ¿crees que me hace ilusión que estés disponible?)

- “¿Cómo te llamas? A mí me gustan nombres de chica como Natalia, Mónica…” (Mi respuesta fue: ‘No suelo pensar en nombres de otras personas, la verdad’. Su comentario, fue… “Ah! Pensaba que ya tenías pensados nombres para tus hijos o algo…” (Mamonazo! Aún no te he dicho si tengo novio y ya te preocupa si tengo cargas familiares???)

- “Pareces muy jovencita. Debes tener unos 27 años, ¿no?” (al menos, la buena noticia del día!)

- “¿Y sales siempre a esta hora de trabajar?” (Mi respuesta: uf, cada día a una hora, ya sabes cómo es esto…)

- “¿Y por las mañanas, a qué hora entras?"(Mi respuesta: uf, cada día a una hora, ya sabes como es esto…)

- “Vaya, yo que quería volver a coincidir contigo” (¿No me digas? ¡Vaya, pues ni lo había notado!)

- (Al bajar del autobús) “Ahora que te veo de pie, eres muy guapa” (Cabr...! Y sentada no?? ¿Cómo alguien puede decir una frase así en el año 2008?)

Muchos de mis escritos mezclan realidad y ficción, pero hacía tiempo que una realidad no se parecía tanto a un relato de ficción. ¿Es que los hombres no han aprendido nada? Menos mal que hay quien sabe hacerlo mejor. ¡Menos mal!

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Como eres. Das un hombre educado culto y abogado que mas se puede pedir y encima estaba soltero que le acababa de dejar la novia. Le tenias que haber pedido el móvil y quedar con el para tomar algo. Esto me pasa a mi con una abogada en el autobús y otro gallo cantaría. Estas oportunidades hay que aprovecharlas que no ocurren todos los dias.

Anónimo dijo...

¿De verdad alguien hace ese tipo de preguntas???
JN.

Ramón de Mielina dijo...

¡Me he reido un rato! jajaja Muy bueno! Sí, un mamonazo. Prueba a sacarte mocos y pegárselos en su pantalón. :-P

Murphy White dijo...

Sí, afortunadamente estas cosas no ocurren todos los días...

Sí, la gente hace este tipo de preguntas aunque parezca mentira...

Y no sé... tendré que intentar esa técnica... porque lo de fingir que estoy dormida me da pereza!

ALMAGRISS dijo...

Devolviendo visita... y me encuentro esta historia... Genial. Me lo he pasado en grande leyéndote.. pero qué bueno! Y sí, hoy en día por supuesto siguen utilizando ese tipo de preguntas para ligar... (este fin de semana he salido con una amiga, ella rubia pelo largo, yo morena pelo corto, ella 1'70, yo 1'54... y nos han entrado así: ¿Sois hermanas? es que os pareceis tanto....) ;D Algunas cosas nunca cambian... no se puede pedir peras al olmo...
Encantada de pasar por aquí. Volveré. Un beso

Murphy White dijo...

Quizá sea cierto que no se pueden pedir peras al olmo pero... ¿Qué se pide al olmo que sea capaz de dar? Gracias por la visita ;)

Charlie dijo...

Jajajaja como miembro del mismo género del abogado me veo empujado a defenderle de alguna manera...

Pero es que el tío no tiene defensa posible ninguna, menudo comeorejas. Yo recuerdo ver un episodio similar en un autobús, en la que un chico guapete y atento se trabajó a una chica durante media hora con preguntas como "¿y crees en Dios?"... Las viejas de detrás miraban como si fuera una telenovela en directo. Y cuando se bajó la chica, él preguntó, mirándola tiernamente: "¿me puedes dar tu teléfono?".

Y ella contestó, sin un ápice de pena: "NO". La cara del Rodolfo Valentino de EMT el resto del viaje fue un poema, y juraría que las viejas casi que le animaron, jaja...

L o L i T a dijo...

ja,ja...¿Tu que, vivias en un tupperware de esos? :D Bienvenida al maravilloso mundo del Ego masculino! Estoy preparando una tesis sobre el tema :) necesitare colaboradoras :D

Ánimo, la estupidez a dia de hoy creo q no se contagia!
Ja,ja...q buena.

Murphy White dijo...

Jajaja... Charlie, ¿de verdad la EMT da tanto de sí? ¿Dónde he estado metida todos estos años?

Y lolita, quiero colaborar en ese estudio! Prometo que intentaré morderme la lengua para que el sarcasmo no se me escape a golpes!

Besos...

Iagui dijo...

a partir de ya mismo debaríamos esconder una de esas grabadoras de las pelis de policías (sí, las del esparadrapo glorioso en todo el pelumen del pecho) y usarlas posteriormente para chantajear a todos estos anónimos (a menos que se presenten) en un futuro. Ya sabemos, en tiempos de crisis nada como usar la imaginación!!!
Chantaje a la vieja usanza ("su mujer recibirá una copia de todos los piropos estúpidos de su último viaje en bus€, a menos que nos deje en la papelera de la estación,...bleblebla")
¿Cuanto pagaría el abogado? ¿intentaría denunciarnos y llevar el mismo el caso?

Murphy White dijo...

Em... me parece bien. Ya estoy preparando las cosas para mañana: agenda, llaves, móvil... y grabadora!!