miércoles, 8 de octubre de 2008

Pili, Mili y Carlos

- ¿Hoy tampoco sacarás tiempo para grabarme esos temas?
- No, Juan, he quedado. Lo siento.
- ¿Todos los días tienes cosas que hacer o cañas que tomar?
- No, a veces bebo coca-cola.


Pero hoy tocaban cañas. Pili, Mili y Carlos. Situación económica, planes futuros, lamentos, ruegos y sugerencias, novedades sentimentales y felicitaciones. Y tocaba que llegara a ese momento en el que la conversación viajase hasta esos años, los de mucho antes… Los años de las fiestas “inocentes”, de los tontos, tonteos y contoneos. Los años de las ínfimas preocupaciones, de las cenas por 1.000 pesetas, de Blossom.

De pronto, esa época se tornó distinta, tenía otro enfoque… Era esa misma época, la de complejos, inseguridades, dudas, cerrazones, quedadas inútiles, compañías mal elegidas y elecciones mal acompañadas. La época de no tener nada claro y no aclararse con lo que tienes, de querer lo más apropiado… pero apropiarse de lo menos querido.
Llego a casa con el último cigarro a medio apagar. Degusto una colorista taza de té traído directamente de Londres mientras repaso las últimas líneas del reportaje que debía haber enviado hace más de una semana. (Me daba pena enviarlo y permitir que sus palabras dejasen de ser sólo mías). Creo que ya está listo y es el momento de dejar que salga. Contesto tu último mail y su último mensaje. Cómo han cambiado las cosas, eh?
Repaso la conversación sobre aquellos años. Han cambiado mucho las cosas y hoy siguen cambiando. Ahora lo veo tan claro como tú predijiste hace apenas dos meses. Benditos 30 años.

4 comentarios:

L o L i T a dijo...

Ja,ja...queda feo decir que ESTO ES UN PLAGIO PSICOLÓGICO??? ;) Porque lo has escrito tu, pero si lo leyese con mi plantilla cursi debajo me creería que es mio!!! Somos unos cuantos los q estamos ahí reflejados :D Me ha encandado leerte. Muá ;)

Charlie dijo...

He visto la puerta abierta y me cuelo de vuelta. Muy bueno. Qué cierto lo de enviar o publicar algo y que deje de ser tuyo...

Murphy White dijo...

Jaja... Queda bien eso del plagio psicológico. Sí, debe ser que somos un puñado viviendo similitudes mentales!!

Sí, a veces se hace duro cuando un reportaje te ha costado tanto que es algo tan tuyo... Sobre todo en las entrevistas. Qué puñeteros los padres que te enseñan desde pequeña eso de lo "bueno que es compartir"... ;-)

Ramón de Mielina dijo...

Al final nadie somos tan originales como nos creemos... Pero es divertido creer que lo somos! :-)