domingo, 19 de octubre de 2008

Hacer deporte es... insano

¿Quién dijo que el deporte era algo asequible, sencillo y saludable? Mi regreso a este peculiar mundo, después de 18 años, me ha recordado por qué preferí erigirme “teórica del deporte”. Entre otras cosas, porque no se puede practicar deporte tomándose unas cañas y unas tapas simultáneamente.
¿Quién dijo que es ponerse a jugar y punto? El proceso para reincorporarte al mundo del deporte está lleno de trabas. Nadie te lo advierte, pero existen.

Fase 1: la equipación
Bien, si una quiere jugar al baloncesto, debe ir debidamente ataviada. El chándal tiene unas premisas diferentes cuando se trata de baloncesto. Vamos, que cuanto más chándal y más feo, mejor. Te resistes, miras y remiras con ayuda de ese buen amigo que después de 45 minutos en Decathlon empieza a recordar por qué prefería no acompañar a sus amigas de compras. “¿Es que no hay un pantalón bonito?” “No, Murphy, elige uno cualquiera, negro o azul marino y ya está”. “¿Pero por qué ese es de baloncesto y este no? ¿Y si buscamos uno de esos ‘molones’ con botones a los lados para quitármelos de un tirón en plan Globetrotters?”. Vale, pantalones largos de chándal comprados, aunque a mi estilo, ante la impaciencia y la cara de estupefacción de tu misericordioso amigo.
Pero el punto 2 son las zapatillas. ¿Creíais que no hay modas? ¡Un carajo! El paradigma de la moda deportiva en calzado está en el baloncesto. Y, por lo visto, según los gustos de tu otro amigo (el del pantalón desertó y tuviste que recurrir a otro), cuanto más estrambóticas, mejor!. “No, Murphy, esas son sosas, vives anclada en los 80. Las zapatillas que ahora se llevan son esas negras y plateadas con líneas fosforitas que te hacen parecer Robocop”. “Madre mía, si me compro esas zapatillas, además de hacer ejercicio sólo con llevarlas en mis pies y levantarlas a cada paso, debería ser capaz de machacar y hacer ‘alley hoops’ a chorrón!”. Está bien, cedes, apartas esas blanquitas y decides innovar, aunque sin excentricidades (total, chupar banquillo con botas molonas puede rozar al absurdo).
Fase 2: primeros entrenamientos
Cuando una se reincorpora pasados los años, se enfrenta al hecho de que, aunque por una no pasen los años (ejem), por el deporte sí. Una que sólo entendía de “yo soy base o yo soy pivot”, empieza a escuchar cosas como… “¿Tú en qué posición juegas?” “Yo soy 2 ó 3”… Otras dicen “Yo normalmente juego de 4, pero si hay otras más altas, puedo ser 3”. Tú, tragas saliva y te muerdes la lengua para no decir… “Mi número favorito es el 3, pero eso no importa, ¿no?”. No, prefieres escurrir el bulto y llamar a tu amigo el que te acompañó a por las zapatillas y pedirle un curso rápido de reciclaje teórico del baloncesto. “Sí, el próximo día lo diré: soy 2 ó 3”.
Ahí no acaba el sufrimiento… Empieza el entrenamiento:
  1. Entradas por la derecha…(ok)
  2. Entradas por la izquierda… (¿Quién mueve el aro cuando entras por la izquierda?)
  3. Tiros libres… (¿Por qué no te dejan saltar al tirar? ¡Ah, sí! porque eres de las pocas personas que saltan hacia adelante y no hacia arriba… Deberían entender que tu estilo de juego parte de una base teórica que desarrollarás con el tiempo: “Saltas hacia adelante estirando la pierna izquierda hacia atrás, dibujando una línea imaginaria perfecta desde la punta de tu pie hasta el aro”. ¿Por qué se meterán con tu tiro? Siempre has escuchado por ahí que lo importante es meterla, ¿no?)

Y llega el inevitable momento de la pachanguita:

- “¿Y si pitan 1+1 en los tiros libres?” – “No, Murphy, eso ya no existe”.
- “Entrenador, eso es lucha. Pffff, saltar con esta…” - “No, Murphy, ya no se salta en la lucha”…
- “¡Oye, no defiendo dentro de la zona para que no me piten 3 segundos en zona!” - “No, Murphy, ¿es que juegas con reglas NBA? Aquí sólo se puede pitar zona en ataque”.

Fase 3: el partido

Superados los dos primeros entrenamientos… llega el momento crucial: el partido. Es el día, aunque tú rezas porque (A) seáis suficientes para que te toque jugar pocos minutos, (B) que alguien haya llegado a casa la noche anterior antes de las 5 de la mañana y pueda correr por las demás y (C) que con un poco de deporte se te pase la resaca. (A) se cumplió, pero (B) no se cumple y (C) tampoco. Bueno, menos es nada.

Te reúnes con tu equipo que, motivadas por (B) y (C), decide no calentar. El otro equipo, disfrazado de superprofesionalidad, empieza a calentar y… ¡empieza el circo! Sí, señores, tú que creías que para esto no había que actuar… Sí. Cintas en la cabeza, coderas, modelis fashionistas… Miras al equipo contrario y observas que, para muchas, comienza la representación. Hay papeles para todas: la quejicosa, la marimacho, la sabelotodo, la capitana que más bien se cree generala…

A falta de saber cuál es tu papel, te sientas y esperas tu momento ya ataviada con el color butano con el que te ha tocado jugar (bueno, al menos el naranja se lleva este otoño). Tres minutos de partido y, siguiendo la filosofía de todo equipo de estas edades, la mitad del cinco titular está asfixiado, así que, a los cinco minutos de partido llega tu entrada en escena.
Repasas mentalmente todo ese rollo que tu amigo te contó sobre tus movimientos. Murphy, recuerda, en ataque sólo puedes pasar, bloquear o cortar. Y en defensa en zona, muévete en esos cuatro sentidos y ya… Vale, todo claro. Ves el balón, puedes cortarlo y… ¡zas! ¡Eso es un estreno!: En menos de 30 segundos estás rodando por el suelo haciendo la croqueta y con medio brazo y toda la rodilla marcada (yuju! Tus amigos van a creer que practico deporte!). Aun magullada, te enorgulleces pensando… (así nadie pensará que no lo doy todo por el equipo!). Pasan los minutos y tu único papel es robar balones y comenzar a hiperventilar y, por fin, se acaba el primer cuarto.

Fase 4: postpartido
Por fin llega tu fuerte. El postpartido. El aperitivo en una terracita… Confías en que los partidos sean siempre a esa hora, que el aperitivo a esa hora sienta estupendamente bien. Recuperas en unos minutos todas las calorías que has perdido, pero te sientes bien.
Está claro. El deporte no es tan sano como dicen y, además, tu ‘mens’ ya estaba sana antes de tratar de sanear su ‘corpore’ (que más que sano, de momento, está magullado y dolorido). Sin embargo, algo tiene el deporte que, aunque insano, engancha, así que decides seguir haciendo la croqueta y participando en ese pequeño circo de la cancha.

14 comentarios:

Charlie dijo...

Jajaja qué bueeeeeno, yo que jugaba al basket me he sentido totalmente identificado, visita al Decathlon incluida.

Me he pasado al padel porque apuntarme a un equipo de baloncesto me ha parecido demasiado osado, pero la búsqueda de zapatillas, chandal, pala y bolas es igual de interesante.

Lo mejor, o lo peor, es cuando llegas al polideportivo municipal a echar un partidito y la gente te mira como si fueras un alien porque llevas el resto de un piti en la mano, jaja... Me encanta ser el yonqui entre la healthy people. :D

Anónimo dijo...

Jajaja. Me parto. Mejórate de esas heridas de guerra. Imagino que ahí está la gracia del deporte... En todo lo que no es deporte ;)
Ra.

Murphy White dijo...

Sí, Charlie, imagino que toda la parafernalia se puede aplicar a la cualquier incorporación tardía al deporte (pasas del absurdo a la irrealidad una y otra vez!)

Ra, tienes razón a veces no recuerdas si estás jugando a algo... ¿?

Besos

Vitalnn dijo...

jajajajajja, yo también estoy en ese club, aunque cada vez desisto mas de ello.

Un saludo.

ALMAGRISS dijo...

Jajaja, ok, ok, paso de ir al gimnasio, no sé cómo me has convencido. Lo cierto es que pagué por adelantado (6 meses) y he ido sólo un par de veces... me siento totalmente fuera de lugar con mi ropa anticuada (se me olvidó pasar por Decathlon), y saliendo a la puerta a fumar de vez en cuando (no eres el único yonkie, charlie)... mejor me voy a casa a lamerme las heridas y a quejarme de que no estoy en forma y por supuesto a darle a la cañita...
A tí te auguro un gran futuro en el mundo del bascket... sigue así Dennis Rodman (uf, creo que este ya no juega)

Murphy White dijo...

Vitalnn... Yo, pese a mi empeño, sigo también formando parte de ese club.

Almagriss, es curioso que digas lo de Rodman, porque justo hoy he tenido esa conversación con un amigo:
- Él: "Decididamente, tu puesto es Denis Rodman"
- Yo: "¿Por qué?"
- Él: "Es el de los intangiles"
- Yo: "¿Eso significa que no huelo la bola?"
- Él: No, Murphy, robar y pasar también tiene su gracia...

... Seguiré buscando la gracia a correr por la cancha sin la pelota (Pelota: objeto intangible que vuela alrededor de Murphy sin que lo toque!)

L o L i T a dijo...

Ja,ja,ja...anda que no, reciclarse o morir!!! Lo del calzado y ropa deportiva es todo un desfile de escentricidades! Yo confieso ser una negada para los deportes, pero como de vez en cd me da un arrechucho de perseverancia decido probar algun otro por si "no es que sea una negada en la cordinación psicomotriz, es que el aeroboxing no es lo mio". Como conclusión depues de unos cuantos años de tira y aflojas con el mundillo del deporte enlatado:

A)Nunca te compres todos los complementos que dicen "imprescindibles" para la practica de alguno de ellos ja,ja...¿quieres mi funda de gel de sillin de spining?

B)No es q te guste mas el padel que el tenis xq las palas son mas monas y esta de moda...es que hay que correr cuantitativamente menos para oler una bola.

C)Salir a correr por muy idílico que parezca, mimetizador con la naturaleza o confiera un sentimiento de superación personal...NO ES DIVERTIDO! Y NUNCA ES SEXY!!!Ja,ja...como en las pelis americanas en las que las que corren por CentralPark van estupendas...ja,ja...lo normal son las arritmias, que sudes como una cerda y te azulezcas por falta de aire!!!

Ánimo Murphy :) Si tu haces la croqueta por más tiempo yo volveré a las andadas tb, que me has dado envidia!

Anónimo dijo...

Me has convencido... seguiré en el insano mundo del ocio.
Alonso.

Ramón de Mielina dijo...

Si no lo veo no lo creo... ¿te apuntaste a baloncesto? ¿La linda florecilla te convenció? Te vendes barato Murphy... Yo os esperaré tomandome una birras jaja :-)

Murphy White dijo...

Alonso, el mundo del ocio es mucho mejor, no te quito razón...

Y sí, Ramón, ya me regalo. Pero te daré una exclusiva: aunque parezca absurdo, patético y extraño, ¡me he lesionado! Apenas puedo mover el brazo, tengo una tendinitis donde yo creía que tenía unas agujetas brutales (pero hoy me han dicho que no, que no eran agujetas). ¡¡¡Si lo único que he hecho en tres semanas es correr un poco y hacer la croqueta!!!

Murphy White dijo...

Ah! y Lolita... mi ruta por los deportes no ha sido tan extensa como la tuya (me has impresionado!), pero todos los gimnasios de la zona han disfrutado con mis ingresos y mis 'no asistencias' al 87% de las clases. Mi única consigna ahora es "practicar un deporte que no me haga pagar todos los meses" ;)

Ramón de Mielina dijo...

Ay, Murphy, nunca debe uno dejar sus principios de lado, Dios te ha castigado por ello jajaja

Rockdriguez dijo...

jajaja buenisimo este blog!
que loco!
lo de las zapatillas me hizo gracia y es verdad, jajaja...

muchos puntazos!

saludos.

Murphy White dijo...

Un saludo, rockdriguez, y un placer verte por aquí cuando gustes!