martes, 23 de junio de 2009

La noche de San Juan

Dicen que en la noche de San Juan uno debe echar al fuego todo lo malo del último año. “Hay que escribir en un papel lo malo, todo aquello del último año que uno quiere hacer desaparecer, y después quemarlo”, me contaba mientras nos encendíamos un cigarro camino de casa. “Qué poquito creo en esas cosas”, pensé mientras dejábamos atrás a los demás.

Llegué a casa, abrí mi nevera cada vez más vacía y cogí el último yogurt. Sentada en la mesa del mantel de rayajos y dibujos indescifrables, empecé a pensar (una mala costumbre). Instintivamente, tomé un pedazo de papel de los que tenemos la manía de repartir por toda la casa. Saqué un bolígrafo y me dispuse a escribir, asegurándome antes de llevar un mechero en el bolso. Escribí y taché. Y volví a escribir. Y a tachar. “¿Cómo sabe uno qué debe eliminar y quemar?”, me repetía entre mis tachones. Quizá lo que hoy es “malo” puede no haber tenido tiempo de convertirse en bueno. Eso sería como si un sapo maloliente pero destinado a ser príncipe fuera espachurrado por una cortesana caprichosa antes de ser besado por una princesa. ¡¡Un momento!! ¿Estaba siendo optimista? Inmediatamente me levanté y abrí la ventana para que un poco de aire en la cara volviera a despertarme de un positivismo que parece que en este último año ha querido venir a vivir conmigo más de una vez.

Me volví a sentar y convertí mi lista de tachones en una bola de papel que terminó en la basura. Quizá es mejor que las cosas malas sigan esfumándose por sí solas, sin ninguna ayuda incendiaria de la leyenda de la noche de San Juan.

4 comentarios:

VolVoreta dijo...

Creo que tienes mucha razón Murphy...

Te dejo un beso.

Anónimo dijo...

La noche se San Juan si no fuera por los petardos estaría bastante bien..

Pantufla dijo...

Creo que no es bueno quemar lo malo. También forma parte de cada uno, no?
Besos!

Murphy White dijo...

Gracias Volvoreta.
Jordim... ¿qué tal unos buenos tapones? ;)
Igual sí, Pantufla, igual sí.

Besos