Las tardes, las mañanas o las noches más especiales de la vida rara vez coinciden con fragmentos de una película romántica. Normalmente no hay luna, ni estrellas ni una vista nocturna de toda una ciudad desde una montaña... A menudo no hay velas, ni un violín interpretando a Chopin ni un bolero sonando en un viejo tocadiscos. Casi nunca sucede en San Valentín, ni en un aniversario. Una nunca tiene el pelo mojado por la lluvia... ni Frank Sinatra canta The Way You Look Tonight mientras bailáis moviendo torpemente los pies. No suele haber anillo ni gargantilla de brillantes. Ni un pelo convenientemente peinado, un maquillaje impoluto y el último vestido que te compraste.
Los momentos especiales no huelen a madera, ni a café, ni al inventado “calor de hogar”. No llegan en una montaña que huele a Romero, ni en una playa desierta con gaviotas adornando el paisaje.
Los momentos especiales son los que llegan por sorpresa, los que nos pillan comiendo un sándwich en un banco, o nos encuentran despeinadas y con una sudadera que alguien se dejó olvidada en casa. A menudo llegan entre alitas de pollo en un bar, en ese cumpleaños al que no pensabas ir o al abrir la puerta de una emisora de radio... o al cerrarla. De vez en cuando ocurren aquel día que uno no pensaba salir de casa, la noche que estaba cansada, en el bar en el que siempre te quedas sin voz, o paseando por un Madrid gélido.
¿Mis últimos momentos especiales? Es curioso, siempre han acabado con barro en los zapatos y piedras en los bolsillos.
13 comentarios:
Nada es como en las pelis ni tan glamuroso pero seguro que sin son momentos especiales y nos pillan en zapatillas de andar por casa los recordaremos con mucho más cariño...barro en los zapatos vale, piedras en los bolsillos? Para que no te vueles como decia mi abuela? jeje
La vida está llena de momentos únicos pero no todos son especiales... Por eso hay que disfrutar al máximo esos momentos especiales y dar pie a que puedan surgir.
Y no te sientas mal por disfrutar de esos momentos. Como muchas veces pienso y te suele decir la gente: "Qué te quiten lo bailao!!!"
Claro, C.C., uno nunca sabe cuando va a echar a volar... y por eso me equipo con piedras por si subo demasiado alto! ;-)
Flaflurry... no, no, que lo bailao tampoco nos lo quiten!
Un abrazo
Tanto lo mejor como lo peor suele ocurrir cuando uno no lo espera. El factor sorpresa que si algo no tiene es escala de grises..
A veces esos momentos únicos sí que tienen olor a lluvia o sonido de violines, pero estamos tan inmersoso en ellos que no somos conscientes de nada más.
bsits preciosa
;-)
¿momentos especiales? hace muuuuuuuucho que no tengo. Por eso ahora me dedico a revivirlos.
Te echaba de menos.
Te dejo un beso, Murphy.
... Cierto, Guizo. Ya decía John Lenon que "la vida es aquello que te sucede mientras tú te empeñas en hacer otros planes"
Tupersonalshopper. ¿Tú has tenido violines? ¿Y lluvia? Pondré más atención por si escucho el principio del Adagio de Albinoni... ;-)
Volvoreta, seguro que los tienes... párate un momento a pensar... Gracias por entrar por este rincón. Es un placer.
Besos a todos
La realidad nos trae regalos que en las películas a veces se pierden esos pequeños detalles que nombras en tu post. Un abrazo y encantada de volver a verte. Muchas gracias por tu visita y tus letras. Feliz comienzo de semana, con alguna flor y piedras para pintar en el bolsillo
Una pregunta..tu moderas los comentarios por?...
No sé, C.C... Por nada en especial...
Leyendo esta entrada me han venido muchos recuerdos, y me he reído yo sola...Es cierto, lo q dices, esos momentos vienen cuando menos lo esperas!!
Un saludo.
¿Barro en los zapatos y piedras en los bolsillos??
¿No será que eres una sirena que sale del mar cuando termina su momento especial?jeje...
Besitos.
Vanessa, bienvenida por estos lares, digo... mares ;-)
Me ha gustado tu reflexión. ¿Una sirena? Quizá sí... ¡Habrá que descubrirlo!
Un abrazo
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