Ya es oficial. Según la prensa, estamos oficialmente en recesión. Hasta 2010. Y todo pese al empujoncito del BCE bajando los tipos de interés y la bajada del Euribor (palabra mágica para provocar náuseas en muchos cuerpos). Vamos, que ha tenido que publicarse el dato oficial del PIB para decir que estamos en recesión. Ahora sí. Ya lo entiendo: si no hay indicador económico que lo indique (permítanme la redundancia), todo va bien. Mi recesión lleva más de 8 meses a toda máquina así que, perdónenme ustedes, pero el señor PIB podría haberme preguntado y yo se lo habría explicado. Tengo mis propios indicadores. Intuí que estábamos en recesión la primera vez que, a día 26 de mes, había (-14) euros en mi cuenta. Mi hipótesis cogió fuerza cuando de pronto, cada mes, debía dinero a alguien. Y lo he corroborado cada vez que me molesta esta maldita muela y cruzo los dedos porque “cuidar la salud” no entra en la planificación económica del mes.
Y digo yo, en esta vida, ¿no deberían existir indicadores para que las cosas dejen de ser “quizás” para ser “oficialmente”? Por ejemplo, cuando en una empresa dicen “no queremos despedir a nadie” es un indicador de... “oficialmente queremos que te bajes los pantalones y aceptes un contrato basura”. Cuando un rollete deja de contestar un mensaje durante dos semanas, “oficialmente la relación ha terminado”. Cuando alguien no se preocupa por ti es un “oficialmente nunca será tu amigo”... O cuando preguntan por el físico de alguien y contestas “es buena persona”, no es otra cosa que “oficialmente es incómodo de ver”.
¿Realmente existen indicadores tan obvios para interpretar situaciones, personas y problemas? No sé si son economistas, sociólogos, antropólogos, biólogos, psicólogos o matemáticos quienes deben dedicar menos tiempo a predicciones fallidas y más a escribir sobre los “oficialmente” disfrazados de “quizás”.
En cuanto a mí, no se preocupen. Quizá deba dejar los vicios periodísticos por excelencia –el café y el tabaco- para que mi PIB empiece a subir. O quizá deba buscar como loca un indicador que me diga si oficialmente es tan fiero el león como lo pintan... o quizá, sea yo quien se equivoca porque los indicadores me confunden. Quizá.