Mi amigo terrenal está convencido de que este mundo es endogámico. Sí, sí, sé qué significa ‘endogámico’ y ambos sabemos que empleamos mal su significado. Pero lo empleamos para repetirnos que todo, absolutamente todo, acaba estando relacionado. Para bien y para mal. Hay experimentos que hablan de seis grados de distancia con el resto del mundo. Yo creo que son menos, aunque a veces intentemos meter con calzador varios grados de por medio.
Pero si esta teoría de la “endogamia mundial” no tenía demasiados ejemplos para justificarse y se convertía en cuestionable, parece haberse transformado en obvia gracias a las redes sociales. Sigo pensando firmemente que estas ciber-redes (tipo facebook) tienen una parte útil y otra absolutamente ridícula. Me envían solicitudes de juegos o test del tipo “¿Qué carrera profesional deberías tener?”, “¿Cómo eres?”, “¿Qué compatibilidad tienes con tus amigos?”, “¿Qué personaje de dibujos animados serías?”. A todos los remitentes de estos juegos les digo que, a mis 30 años, no necesito responder a 25 preguntas o seleccionar 18 imágenes para saber quién soy (lo descubro cada día), quiénes son mis amigos (se lo intento recordar a ellos todos los días), ni qué carrera debería tener (la que tengo, por suerte).
Pese a todo, una vez, fui una necia y jugué. Error. Ese juego insignificante pero pretencioso me dijo: “Eres Bob Esponja”. ¿¿¿¿Qué yo qué??? Siempre creyéndome una princesita o, como mucho, Minie Mouse y de pronto leo esa sentencia en la pantalla de mi ordenador: “¡¡¡Túuuu eres Bob Esponjaaaa!!!”, con un espeluznante dibujo del personaje en cuestión. Murphy, Murphy, eso te pasa por ingenua. Ahora tendrás que entrar en la Wikipedia (enciclopedia de los cultos, ya se sabe) y descubrir sus características para ver qué te hace parecida a él:
“Bob Esponja Pantalones Cuadrados es una esponja marina que vive en una piña debajo del mar, con su vecino calamar, Calamardo Tentáculos, que vive en un moai. El otro vecino y mejor amigo de Bob Esponja es una estrella de mar rosada llamada Patricio Estrella, que vive bajo una roca. Bob Esponja y Patricio viven a ambos lados de Calamardo, desgraciadamente para él (pues los aborrece). Calamardo es constantemente molestado por las payasadas de Bob Esponja y Patricio. Bob Esponja que es amarillo, absorbente y poroso (de acuerdo con el tema musical en inglés), trabaja como cocinero en el Krustáceo Kaskarudo, un restaurante de comida rápida donde Calamardo es el cajero...”
Correcto. Me identifico. Lo han clavado. Sólo me falta la piña, aprender a bucear, encontrar entre mis amigos uno al que llamarle “estrella de mar”, machacar mi hígado hasta ponerme amarilla y aprender a cocinar.
A lo que vamos. Las redes sociales. Para lo bueno y para lo malo. Me empecé a plantear lo malo cuando había solicitudes que no me apetecía aceptar. Me lo continué planteando cuando los amigos de mis amigos NO eran mis amigos. Y hoy, después de ver el nombre por accidente de una de esas personas con las que no quieres tener ni un miserable vínculo, me he repetido “¿Por qué tengo ver su nombre en mi pantalla? ¿Por qué también tiene que estar vinculada a tal o cual persona o a tal o cual evento?”... Después, en un ejercicio de mi malicioso sarcasmo, me he tranquilizado pensando: “Pobrecita, no hace falta que juegue a los personajes, seguro que le sale La Bruja Avería”.